martes, diciembre 3, 2024
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León: arte mozárabe, historia y paisaje.

El arte mozárabe nos lleva en esta ocasión a la provincia de León. Apreciaremos como la expansión de los reinos cristianos hacia el sur convirtieron a León en la antigua capital del reino Astur-Leonés. Esta expansión llevó consigo el arte que había empezado a cambiar en el prerrománico asturiano, dejándonos auténticas bellezas que pasamos a contemplar.


Empezamos nuestro recorrido en Gradefes, donde podremos encontrar el monasterio de Santa María de Gradefes. Esta obra cisterciense cuenta una preciosa iglesia románica que tiene el honor de ser el único perteneciente a una orden femenina con girola, con deambulatorio, mérito sin duda de estar a la vera del Camino Vadiniense, uno de los muchos Caminos de Santiago que recorren la península.

Mapa Leon Arte Mozarabe historia y paisaje
Ruta León: Arte Mozarabe, historia y paisaje. Google Maps.

Poco queda del claustro románico que poseía pero aún conserva la antigua sala capitular que es digna de ver así como la vista se su cabecera de un sólo ábside con tres absidiolos que se corresponden con cada una de las capillas de la girola. La magnificencia de la cabecera quedó ahí, ya que por falta de fondos la nave tuvo que ser truncada de forma abrupta dando a la iglesia un aspecto extraño que no le priva de su encanto.

Iglesia Santa María de Gradefes
Iglesia Santa María de Gradefes

Seguimos recorrido en San Miguel de la Escalada, uno de esos puntos olvidados de la geografía española. Antaño muy conocido porque el Camino de Santiago pasaba por él pero que, al moverse éste hacia el sur, quedó olvidado para la mayoría de los peregrinos que pasan relativamente cerca de él sin ni siquiera sospechar la joya que atesora.

Allí encontraremos el templo de lo que antaño fuera un monasterio mozárabe que se refundó en el siglo X sobre uno anterior visigodo que fue destruido por los árabes en el siglo VIII. Hasta aquí llegaron unos monjes provenientes de Córdoba que decidieron reconstruir el viejo monasterio legándonos una de esas obras maravillosas que merece la pena conocer.

Interior de San Miguel de la Escalada
Interior de San Miguel de la Escalada.

Visto desde el exterior, llama poderosamente la atención la galería porticada que se abre al sur de la iglesia y que se convertirá en una de las aportaciones típicas del arte local al románico traído de fuera. Se trata del mismo concepto que ya viéramos en «El Conventín», de un par de siglos más de antigüedad, una de las aportaciones del prerrománico asturiano.

También el añadido románico posterior que, a pesar de la belleza del mismo hace que parezca tosco en comparación con la ligereza que muestra la hilera de columnas que soportan los arcos de herradura.

Como viene siendo costumbre, la reutilización de elementos anteriores también se repite aquí, siendo las columnas de obras anteriores, romanas y visigodas, lo que explica que en tan solo un año estuvieran terminadas las obras de reconstrucción del monasterio.

El interior recuerda mucho al de San Cebrián de Mazote que ya vimos previamente en esta serie, con la excepción de que San Miguel conserva el iconostasio y que carece del ábside a los pies. Pero la ligereza de las columnas, la nave central más elevada y los ábsides con forma de arco de herradura inscritos en cuadrados nos llevan irremediablemente a esa comparación.

Al que esto escribe le sucede que podría estarse en el interior de estos templos todo el tiempo del mundo extasiado en su belleza, en la ligereza de sus líneas y en la sensación de elevación que producen las columnas tan finas que dotan al espacio de una altura de apariencia mucho mayor. Y sin embargo, la desacralización del lugar lo hace un sitio frío, como si le hubieran arrebatado parte de su alma. Cuesta imaginar el ambiente que se respiraba en este mismo lugar mientras permaneció habitado y lleno de su esencia.

Seguimos recorrido hasta León, capital de la provincia y, antiguamente, capital del reino del mismo nombre que se acabaría fusionando con el reino de Castilla tras muchas idas y venidas del destino. De fundación romana, adquirió importancia cuando la capitalidad del reino de Asturias se trasladó hasta aquí siguiendo el empuje de la Reconquista en el siglo X.

León: Ciudad de historia y arte.

Catedral de León
Catedral de León.

La ciudad de León guarda numerosas joyas de todas las épocas históricas desde el siglo XI hasta nuestros días. Es posible encontrar bellísimos ejemplares del primer románico como San Isidoro de León, pasando por su magnífica catedral gótica del siglo XIII, el convento de San Marcos del siglo XV hasta la casa de los Botín, obra de Gaudí ya en el siglo XX.

También es una ciudad para pasear tranquilamente por sus calles, disfrutar de sus lugares de ocio junto con sus habitantes y degustar su sabrosa gastronomía en el conocido como «Barrio Húmedo». Situado en el casco antiguo, muy cerca de la catedral, en el «Barrio Húmedo» y donde se aglomeran buena parte de las tabernas de la ciudad dándole a este una alegría que se contagia rápidamente al visitante.

Me voy a detener brevemente en dos de los edificios más representativos de la ciudad de León. Uno de ellos de todos conocido y el otro que, a pesar de ser una de esas obras únicas, pasa desapercibida para una gran parte de sus visitantes. Me estoy refiriendo a la catedral y a San Isidoro de León.

Interior Catedral de León, España.
Interior Catedral de León, España.

La catedral de León, también conocida como la «Pulchra Leonina», es quizás la más francesa de todas las catedrales góticas españolas. Quizás se deba a estar en pleno Camino de Santiago. No lo sé. Es una copia, reducida en 1/3, de la catedral de Reims. Y aunque desde fuera parezca no tener ningún atractivo especial, cuando se entra en su interior es cuando se ve la auténtica maravilla. El muro ha desaparecido por completo. Se ha hecho de cristal. Es una catedral de luz.

La «Jerusalén Celeste» imaginada por la gente del Medioevo como hecha de joyas preciosas se traslada a la catedral como arte de magia por los maravillosos vitrales que convierten sus muros en muros de colores como esas joyas que tendría en la otra vida la ciudad sagrada.

La otra joya que me interesa destacar aquí, quizás por ser una gran desconocida del gran público y por ser considerada la capilla sixtina del románico. Estoy hablando del Panteón de los reyes de San Isidoro de León, una joya que nos ha llegado prácticamente intacta desde el siglo XI.

Interior Panteón de San Isidoro de León
Interior Panteón de los reyes de San Isidoro de León.

San Isidoro de León fue construida para albergar los restos de Doña Sancha y Fernando I sobre una iglesia anterior del siglo X de muy pobres materiales. Uno de sus muros se asienta sobre la muralla romana de la que aun pueden contemplarse bastantes paños embebida en el muro románico.

Se trata de la primera iglesia románica en tierras de León y de Castilla. Una señal de que el nuevo arte empezaba a calar en los reinos cristianos siguiendo el Camino de Santiago a pesar de que el viejo rito aún estaba vigente.

Lo que en principio fue en su concepción una pequeña iglesia palatina, de unos dieciseis metros de largo con el mausoleo a sus pies, se convirtió en el siglo siguiente en la magnífica basílica de tres naves que contemplamos en la actualidad. Los tres ábsides también son nuevos. Se lo debemos a la Infanta Urraca que fuera reina de Zamora.

De la idea original sólo conservó el mausoleo al que le dotó de las maravillosas pinturas que han llegado hasta nuestros tiempos. El viajero apasionado del románico verá inscrito dentro de uno de los arcos uno de los motivos típicos como es el calendario con los oficios característicos de cada uno de los meses.

Fue la infanta Urraca, «la zamorana», quien donó al monasterio el famoso cáliz de ónice forrado de una hermosa orfebrería del siglo XI. Una teoría afirma que este sería el auténtico Santo Grial en lugar del que se conserva en la catedral de Valencia.

Dejo aquí León recomendando a los viajeros que se dejen caer por sus calles, por sus monumentos y por todo ese pasado que está a la espera de ser descubierto, apreciado y puesto en valor. Es un sitio al que volveré porque soy consciente de que callo mucho más de lo que digo y sería no hacer justicia a tan bella ciudad.


Te invitamos a leer más artículos de Germán Rubio en Revista 17 Musas.

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