Susurros que inspiran es un relato de Olga Mínguez Pastor en el que las protagonistas son las Musas. La autora ilicitana explora la necesidad de la risa y la comedia en la vía cotidiana a través de un divertido diálogo entre las musas de la comedia y la tragedia, Talía y Melpómene. Susurros que inspiran ha sido publicado con anterioridad en las redes sociales de Mínguez, aunque no aparece en ninguno de sus libros publicados hasta ahora.
Olga Mínguez Pastor conversará con Sandra de Oyagüe sobre teatro y feminismo en el Encuentro con escritores el proximo 23 de mayo de 2022. Este encuentro es un evento gratuito con previa inscripción en la web del Espacio 17 Musas. Como abrebocas Revista 17 Musas publica este relato corto de la autora.
Susurros que inspiran
Melpómene suspiró, contenida. Descendía con paso grave, colocando los pies cuidadosamente. La bajada por el monte Helicón podía ser muy escarpada. En un estrato inferior, Talía salvaba el terreno con pequeños saltos grotescos.
−Deberías acelerar el ritmo. Cuando arribemos, el momento álgido se habrá desvanecido, y nuestra intervención no tendrá sentido.
−¿Momento álgido? Ocurrente forma de llamar a la melopea de los mortales. No importa cuando lleguemos, Talía. Nuestra intervención será estéril igualmente.
−Oh, Melpómene. No seas amargada.
−¿Me acabas de llamar amargada?
−¿Aflictiva mejor? Vamos, que es la primera vez en siglos que algún artista mortal requiere de nuestros susurros para encender su inspiración.
−Nunca han dejado de mencionarnos.
−Pero mediante sentencias hechas, con versos manidos. Esta vez es diferente; esos hombres realmente creen en nosotras.
−Esos hombres están borrachos. Han apostado por ver quién escribía la mejor pieza teatral en un plazo de veinticuatro horas. Hasta tú, hermana, entiendes lo absurdo de la situación. Ningún artista serio valoraría crear algo digno sometiéndose a ese tiempo. Es irrisorio.
−Tal vez, ellos deseen algo irrisorio.
−Acabáramos.
−¿Dónde vas?
−Me vuelvo a la cima. Si lo que quieren es una absurda obra cómica simplona, con tus susurros será suficiente.
−¿De nuevo enfadada porque el público de estos tiempos prefiera la comedia?
−La humanidad ha involucionado demasiado para mi gusto.
−O se ha cansado de tu mirada severa, de tu corona de pámpanos o de tu horrible maza. Los mortales han cambiado, sí. Pero no me vas a negar que el pasearte con una daga ensangrentada como atributo, tampoco facilita las cosas.
−La tragedia nunca fue fácil, Talía.
−Para ti nada es fácil. Rica, hermosa y altamente atractiva para el género masculino. Y no eres feliz. No te conformas.
−Justo ahí radica mi belleza. Aunque tampoco aspiro a que tu jovial carácter tan rural y bucólico, lo comprenda.
−La humanidad quiere reír porque soporta demasiadas miserias. Y las desventuras, entre carcajadas, se asumen con mayor placidez. Así que, guarda entre los pliegues del quitón esa tozudez rancia tan tuya, y sigue monte abajo. Que los mortales decidan si prefieren inspirarse con el susurro de la comedia, o con el de la tragedia. Ah, y la daga. Por el amor de nuestro divino padre, guarda también la maldita daga.
Melpómene decidió callar y continuar con el descenso, procurando no dar un mal paso, y caer contra las piedras del monte. Porque eso sí le restaría belleza. Por muy trágico que resultara.
Las inscripciones en el Encuentro con Olga Mínguez Pastor están abiertas en la web de Espacio 17 Musas. Sandra de Oyagüe reseñó Victoria viene a cenar, obra teatral de Olga Mínguez Pastor que actualmente se está representando en en el Teatro Luchana de Madrid.