sábado, abril 20, 2024
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El Experimento Stuka y los bombardeos de la Legión Cóndor en el Alto Maestrazgo

El Experimento Stuka y los bombardeos de la Legión Cóndor en el Alto Maestrazgo, es el segundo artículo de una serie que dedicaré a los escenarios, los personajes y la atmósfera de mi novela Stuka.

El Berlín del verano olímpico de 1936 y los últimos cabarets, la capital del Tercer Reich en los días del derrumbamiento del régimen nazi, asediada la ciudad por el Ejército Rojo en 1945, los pueblos escalonados del Alto Maestrazgo y un epílogo inquietante en el aeródromo de La Virgen del Camino son algunos de los lugares donde transcurre la trama de Stuka, una novela sobre la identidad sexual y la violencia que sufren las mujeres en tiempo de guerra, más allá de la historia negra de un bombardero.

Os invito a hacer conmigo este recorrido


El Experimento Stuka y los bombardeos de la Legión Cóndor en el Alto Maestrazgo

Era el mes de mayo. La República no daba por pérdida la guerra. Y el Ejército sublevado avanzaba hacia el Mediterráneo para cortar en dos el territorio que había permanecido fiel al Gobierno.

La guerra se acercaba. Era el mes de mayo, sí, dos años ya de conflicto. Y en el horizonte de Benassal, una población del Alto Maestrazgo de Castellón conocida por su balneario, vieron aparecer los primeros bombarderos de la Legión Cóndor: aviones Heinkel 111, el ‘lobo con la piel de oveja’ le llamaban porque parecía un transporte y no una máquina de matar, y tres aeroplanos con las alas de gaviota invertida; los Stuka.

Benassal despues de uno de los bombardeos y en la actualidad.
Benassal después de uno de los bombardeos y en la actualidad. Foto: Carlos Fidalgo.

La guerra había alcanzado el norte de Castellón el día 18. Y lo había hecho desde el cielo. Los aviadores alemanes de la Legión Cóndor habían arrojado en Albocàsser y en Ares del Maestrat una docena bombas de 500 kilos acopladas en el vientre de los nuevos Stukas, el bombardeo en picado fabricado por Junkers. El día 25 aparecieron en el cielo de Benassal para continuar con el castigo. Y regresaron el 28, en una jornada en la que los Stukas completaron la acción devastadora de los Heinkel.

Estamos en uno de los escenarios y en uno de los momentos históricos de Stuka la novela. La ficción que he escrito unifica los bombardeos del día 25 y sobre todo, del día 28 de mayo, para adaptarlos a la trama. Y la ayuda de Pilar Vidal Monferrer, que me enseñó Benassal, y de Oscar Vives, que me puso en contexto, ha sido fundamental para construir un relato apoyado sobre aquellos sucesos terribles. En la novela, una patrulla de tres Stukas continúa el ataque a la población iniciado a primera hora de la mañana por los Heinkel. La guerra se les viene, literalmente, encima.

Fueron media docena de pueblos de la zona los que sufrieron durante casi dos semanas las visitas terribles de los Dornier y los Heinkel, y la de los Junkers 87 de bombardeo en picado (Sturzkampfflugzeug, en alemán, Stuka de nombre abreviado), que dejaron caer más de un centenar de bombas en un radio de treinta kilómetros. El resultado, 38 muertos, en su gran mayoría civiles, manzanas enteras de casas en ruinas y poblaciones aterrorizadas. También una serie de fotografías tomadas posteriormente para evaluar el daño de las bombas en un informe que se conservan en un archivo militar en Friburgo.

Mucho se ha escrito ya de aquellas dos semanas de bombardeos. Se ha rodado un documental, Experimento Stuka, de Pepe Andreu y Rafa Molés, que escarba en las emociones de las víctimas y que resultó seleccionado para los premios Goya. Y se han publicado artículos, algún libro incluso que rebate la tesis del documental y lo tacha de «falsedad histórica».

Junkers Ju 87A de Condor Legion
Junkers Ju 87A de Condor Legion con marcas rebeldes de la Guerra Civil Española. Foto: Biblioteca Virtual de Defensa: Guerra Civil. Tomo III (MUE-202444).

Pero polémicas al margen y más allá de que los pueblos bombardeados fueran cuatro o seis, estuvieran en la retaguardia o más cerca del frente, se tratara de objetivos militares, o no tuvieran ningún valor estratégico, se pueda o no comparar su bombardeo con el que sufrió Gernika, tan simbólico, o hubiera un intento de ocultarlo por parte de los alemanes, no cabe ninguna duda de que el experimento Stuka existió.

Pero el experimento Stuka no fue bombardear una serie de localidades concretas, más o menos aisladas, para testar el daño de las bombas de 500 kilos en cascos urbanos. El verdadero ensayo, el juego de guerra de los nazis en España -que iba a ser la aventura de una generación, como cuenta la historiadora Stefanie Schüler-Springorum (La guerra como aventura, Alianza Editorial, 2014)- fue traer los tres primeros Stukas para foguearlos en combates reales.

Es evidente.

Cartel Sturzkampfflugzeug
Cartel Sturzkampfflugzeug

Montados en la base área leonesa de La Virgen del Camino a finales de enero y principios de febrero de 1938, desde sus primeras misiones en el valle de Alfambra y en Teruel, en el frente de Aragón y después en la ofensiva de las tropas de Franco en Levante, el vuelo de los Stukas sirvió para comprobar que el avión que iba a amedrentar a los polacos durante la Bliztkrieg de 1939, el demonio con alas de gaviota invertida y tren de aterrizaje carenado que incorporaría unas sirenas –las trompetas de Jericó, las llamaron- para extender el terror cada vez que se lanzara en picado, estaba listo para matar. Para caer sobre las tropas, los tanques, los puentes, los trenes y también las casas, como ave de presa. Preparado parar arrojar bombas pesadas con la máxima precisión de la época y remontar el vuelo sin estrellarse.

Y en ese trasfondo, sobre el telón del Alto Maestrazgo, con sus laderas aterrazadas, sus masías y sus masoveros, y sus pueblos abigarrados, es donde late el corazón de la novela. Porque no falta en esas páginas centrales de Stuka un personaje de la historia de Castellón que nació siendo Teresa, le apodaron La Pastora, y acabó por combatir junto a la guerrilla antifranquista de Levante con el nombre de Florencio. Pero en otro capítulo de esta serie os hablaré de esa figura histórica que no sabía si era hombre o mujer. O las dos cosas a la vez.


Portada Stuka Carlos Fidalgo Algaida Novela
Portada de Stuka de Carlos Fidalgo Editorial Algaida.

Stuka, la novela de Carlos Fidalgo, coordinador del departamento de Periodismo de Espacio 17 Musas, ha sido galardonada con el Premio Letras del Mediterráneo de Novela Histórica que concede la Diputación de Castellón. Ha sido editada en formato digital y papel, puedes consultar donde está disponible en la página web de Algaida Novela.

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