El ruido que nos separa, de Pedro Aranda es una de las finalista del premio Icue Negro como mejor novela negra del año para autores noveles en el género dentro del certamen Cartagena Negra. La novela nos ofrece las historias de unos personajes que tienen en común un destino tan extraviado como ineludible, el retrato de una parte de la sociedad donde la luz brilla por su ausencia.
Pocas veces he visto tanta contundencia en una ópera prima. Como muestra de ello, a continuación podéis leer un fragmento del inicio de la novela:
«PELEA FUERTE, AMIGO. Bangkok. 1987.
Uno.
Dos.
Tres.
Bobby Sweet Bob conseguía levantarse del cuadrilátero, no sin dificultad, antes de que el árbitro terminara la cuenta de diez. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, se movía por el ring con movimientos lentos y torpes, demasiado fácil para el campeón del mundo, el alemán Bam Bam Müller. Apenas se llevaban disputados cuatro asaltos y nadie en el Oriental Palace, lugar elegido para celebrar el combate, dudaba de que aquello no duraría mucho.»
Pedro Aranda nos cuenta en El ruido que nos separa siete historias. La primera, la de dos adolescentes japoneses se conocen a través de internet y deciden suicidarse juntos. Una segunda en la que un exagente de la KGB que sale de prisión busca al compañero que le traicionó.
En la tercera nos relata como un auditor de seguridad industrial es sobornado con una prostituta a cambio de modificar el resultado de su inspección. En una cuarta trama, un joven americano es obligado a alistarse en un programa de experimentación humana para usar la mente como arma en el campo de batalla.
El protagonista de la quinta historia es un famoso cantante arruinado por su afición al juego que trata de recuperar a su mujer huida con su psiquiatra. Además, en la sexta historia, un cirujano plástico recibe la visita de su misterioso hermano después de años de ausencia. Y, entre tanto en la que es la séptima historia, un asesino sin escrúpulos recibe un encargo muy especial.
El ruido que nos separa es una novela del género negro, compuesta por historias aparentemente aisladas y personajes de distintas épocas y lugares. Pedro Aranda va tejiendo una trama en la que poco a poco todo se relaciona. El ritmo y la intriga van creciendo a medida que los personajes y sus historias se conectan hasta llegar al punto álgido y final de la historia.
Si algo tienen en común los personajes de El ruido que nos separa, además del «hilo» que inteligentemente cose su autor, es que se trata de personajes descarriados, los cuales viven en una espiral constante que los lleva a un destino tan extraviado como ineludible.
Pedro Aranda, como buen autor de novela negra, no mira para otro lado. Nos muestra esa sociedad menos amable, una sociedad oscura donde la salida brilla por su ausencia.
El ruido que nos separa la primera novela de Pedro Aranda
Mientras leía la novela, no he podido evitar acordarme de la novela Mystic River de Dennis Lehane, llevada al cine además por Clint Eastwood, por su similitud en la visión desesperanzadora sobre la humanidad.
Se habla mucho de la resiliencia y la capacidad de superación del ser humano, pero tampoco debemos olvidar que hay personas que, por desgracia, nunca consiguen ver la luz. La vida muchas veces no es fácil, no todos tienen la capacidad y las herramientas para salir del abismo.
Pocas veces una primera novela tiene la contundencia de El ruido que nos separa. Reconozco que, cuando la empecé a leer, no tenía muy claro si me iba a gustar o no, pero he de decir que me ha sorprendido mucho. El ritmo del libro se vuelve cada vez más adictivo a medida que el autor va hilvanando las historias. El desenlace es totalmente inesperado.
El ruido que nos separa es una novela híbrida, pues se mezclan los géneros acordes con la diversidad de las historias. En definitiva, una lectura amena que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre ese ruido que nos separa como sociedad.
Recomiendo El ruido que nos separa tanto a los amantes del género negro como a los que les guste leer a autores concienciados con la sociedad. Pedro Aranda nos muestra esta realidad fuera de lo «normal», esta parte de la sociedad desestructurada que no deberíamos desamparar ni ignorar.
Pedro Aranda, nacido en Cartagena en 1979, es ingeniero industrial, oficio que compagina con su afición por los autores americanos y el realismo sucio iniciado por Salinger y Cheever y continuado por autores como Carver, Foster Wallace o Ford.
Y como la escritura no es un camino recto, su amor por la lectura surge de la admiración por autores nacionales como Ray Loriga o Luis García Montero, a los que no ha dejado de seguir a lo largo de toda su obra. Ha realizado colaboraciones en diversas revistas y medios de comunicación, como la mexicana Anestesia o El Espectador de Colombia.
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Gracias por la reseña libro que apetece leer
Gracias a ti por leerla, si te animas a leer «Ek ruido que nos separa» cuéntame 😊