Rafael Saravia se consagra como el gran poeta que es con su poemario Vena amoris-Cafuné & Revolución. Ha alcanzado la madurez con un poemario redondo. Sus versos atrapan en cada lectura o relectura. Además le acompañan unas preciosas ilustraciones de Emma S. Varela, envueltas en una cuidada edición en cartoné.
Pasé parte de mi juventud escuchando el disco Mano a mano de Aute y Silvio. Reproducía aquella vieja cinta TDK en un aparatoso Walkman Sanyo. Aquellas canciones me transportaban a otro lugar. Recuerdo con mucho cariño aquella época, es más, la añoro.
Echo de menos las revoluciones que no luché, los amores que quedaron por el camino, los versos que no escribí. Por aquella época ya soñaba con ser poeta. Emulaba a Silvio y a Aute esbozando malos poemas. Los años 90 fueron el germen de lo que fui tiempo después. Me arrepiento de poco, pero debí ser más valiente en amores. Nunca me acompañó un buen Cyrano.
Vena Amoris -Cafuné & Revolución– de Rafael Saravia publicado por la Ediciones Eolas me ha devuelto a esa época. Saravia es un poeta verdadero, uno de esos que calan con sus versos como el rocío de su adorado León. Verso a verso nos va llevando a su terreno, que en este caso, es el terreno del amor en diversas formas. Como dice el autor:
«Sentir, temblar y contemplar, que vertebran Cafuné, son tres maneras de entender un amor que va más allá del puramente romántico».
Sentir, temblar y contemplar vertebran en tres partes la parte del libro titulada Cafuné. Cafuné es una palabra portuguesa que hace referencia a la acción de pasar los dedos sobre el cabello de la persona amada. Una preciosa palabra más del ya poético vocabulario luso.
La última parte titulada Revolución, son un conjunto de poemas en prosa que nos habla de las revoluciones que no fueron o que no llegaron a ser como el autor esperaba. Toda revolución recordada parte de una derrota y de eso nos habla Rafael de lo que no fue.
Sin embargo Cafuné, sí que es una victoria. El amor y los sueños compartidos con su amada, la nueva vida juntos, su casa, la naturaleza. Todo el conjunto de los logros conseguidos. Vena Amoris, podría definirse como el amor a la sencillez. Un amor más allá del deseo, que se va gestando con lo más frugal.
Rafael Saravia, como he indicado antes, es un poeta de lo verdadero. Esculpe cada verso desde lo profundo, como un orfebre, sin prisa, pero con la idea clara de lo que ha visto en la pieza que talla. Su poética es la del amor eterno, ese que va a durar, de dos almas gemelas que se han reconocido y que su vida juntos ya es imparable.
«Ella era cosa y agrado/ ella ya no era, ella somos ya»
En Vena Amoris, Saravia ha cambiado el YO por el NOSOTROS. Su otra mitad se cuela en sus versos para contarnos el discurso unitario del amor. Esa relación con la que todos soñamos y solo es digna de los que saben mirar a través de la niebla.
Rafael Saravia con este poemario se consagra como el gran poeta que es. Ha alcanzado la madurez con un poemario redondo. Sus versos atrapan en cada lectura o relectura. Además le acompañan unas preciosas ilustraciones de Emma S. Varela, envueltas en una cuidada edición en cartoné.
No solo por los versos, Vena Amoris -Cafuné & Revolución– en si es un objeto de coleccionista. Una joya de libro digno de los anaqueles de cualquier biblioteca. Vena amoris es un canto a la dicha que nos trae el amor. La pureza de lo revolucionario, de las luchas que nos llevan cada día a despertarnos. Porque sin objetivos no somos nada, no podemos alcanzar los sueños. La revolución que nos canta Vena Amoris, es la única realmente que merece la pena, la del amor compartido.
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