A continuación, EIDÔLON – Aristófocles eterno, la colección de crónicas literarias de Alberto Revidiego para cubrir la actividad relacionadas con las Artes Escénicas que se desarrollan en los teatros y salas de Sevilla, recogidas en Revista 17 Musas.
CRÓNICA XIII: SOPLA! – TRUCA CIRCUS
TEATRO CENTRAL – EIDÔLON, ARISTÓFOCLES ETERNO
22 de diciembre de 2023 – 24s d.c. (veinticuatro siglos después de mi cuerpo)
Sigue los trazos, si puedes. Si alguien puede desafiar al aire y la gravedad, sin duda, es un profesional del circo. Nada de estudiosos físicos o sus compinches de la comunidad científica, gentuza de discurso largo, nunca vi a Euclides haciendo el pino. Si se quiere desafiar a los dioses del Olimpo, cuenta con quienes se han dedicado a la manufactura del movimiento y el pálpito del espacio. Es el caso de los integrantes de TRUCA CIRCUS, como demostraron a finales de este 2023 en Teatro Central con su espectáculo SOPLA!.
Reconozco que me ha sorprendido. En mis 24 siglos de andadura fantasmal por este planeta no he coincidido con un espectáculo de artes circenses de este tipo (presencié algunos encuentros con mucha gimnasia y ritmo en coliseos romanos en sus momentos álgidos, pero… créeme si te digo que nada que ver con esto. Agradezco la ausencia de sangre y vísceras). Una de las mayores diferencias con el público habitual de este teatro es que, prácticamente más de la mitad del aforo, estaba ocupado por niños de menos de diez años; el resto eran, por supuesto, los padres y también algunos adultos aventureros en estas tesituras. De hecho, TRUCA CIRCUS lleva a cabo un espectáculo que acoge perfectamente a grandes y pequeños. ¿Acaso desconocen los adultos la adrenalina que surge al contemplar a estos artistas que apuestan todo al riesgo?
Una vez abierto el telón, con la música retumbando por los altavoces, los siete intérpretes llegaron en dos bicis, apelotonados, en equilibrios imposibles, como carta de presentación de lo que estaba por llegar. Y lo que sucedió fue un despliegue de habilidades repartidas entre sus partícipes, hablo de malabares con objetos grandes y pequeños, objetos rígidos y flexibles, hablo de demostraciones de extrema flexibilidad y puntería, de una sincronización puntillosa y, por supuesto, de equilibrismos en el aire, aferrados a cuerdas o directamente apoyados en otros compañeros.
Sin duda el idioma común era el movimiento y el humor, porque apenas se detenían en escena y, desde el inicio, las bromas físicas y gestuales fueron una constante. Los niños que tenía alrededor entre las gradas no paraban de expresar sus «¡hala!» y «¡¿Cómo lo ha hecho?!», mecidos entre la risa y el asombro. En este sentido fue curioso el ajetreo enorme que hubo hasta que empezó el espectáculo (gritos infantiles, uno de los círculos que describió Dante, intuyo) pero fue aparecer en aquellas bicicletas y el aire se condensó, aquellos trazos tomaron cuerpo de pasmo.
Otros de los puntos fuertes de este show fue sin duda que, desde la mitad del mismo, la música impuesta desde los altavoces dejó protagonismo a interpretaciones en directo, creando capas musicales que aupaban las piruetas y esfuerzos de los restantes intérpretes. A base de guitarra, bajo y ukelele, todos electrizados, crean colchones sonoros para los trazos aéreos que llegan. En este sentido, debo hacer una mención especial para el multiinstrumentista Daniel Foncubierta.
Otro aspecto que me ganó desde que se levantó el telón fue la elegante escenografía que simulaba en todo momento trazos sobre un papel en blanco, casi como si fueran sacados de una novela gráfica, héroes visuales del circo. Esta decisión fue transportada al vestuario, haciendo un todo armonioso y perfecto, con líneas que perfilaban cada ropaje. Una nueva mención para sus autoras Anna Jonsson y Gloria Trenado.
Un encuentro muy especial que entusiasmó a los más pequeños y a los más ancianos (recuerdo mis 24 siglos a la espalda…), y que al terminar estuvieron disponibles junto a la salida para hacerse fotos con aquellos que lo desearan. Además esta compañía, según pude leer en algún folleto del teatro, es la reciente ganadora del premio Lorca al mejor montaje de circo, todo ello con sello andaluz. Toda una fiesta imperdible para almas jóvenes con ganas de disfrutar aquello de «el más difícil todavía».
Puedes consultar otros artículos del autor haciendo clic aquí