José María Paz Gago rescata Selva una novela inédita de Emilia Pardo Bazán, con la que la autora pretendía superar al mismísimo Arthur Conan Doyle. Esta novela viene incluido en el volumen Los misterios de Selva, de Ézaro Ediciones, que se publica poco antes del centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán.
El 12 de mayo se han cumplido 100 años de la muerte de la condesa Emilia Pardo Bazán. No deja de ser curioso que el centenario se celebre durante la aparente recta final de la pandemia provocada por el coronavirus, cuando su muerte se produjo por complicaciones derivadas de una gripe, que provenía de una pandemia de 1918.
Ahora que parece que poco a poco volvemos a la normalidad y se podrá rendir homenaje a la condesa de Pardo Bazán, Ézaro Ediciones pone la guinda publicando su novela inédita Selva, incluida en el volumen Los misterios de Selva.
Emilia Pardo Bazán no era una autora que se encasillara en género literario, igual que no se acomodaba en su vida aun teniendo una posición con la que muchos se quedaban en lo fácil. Ella trajo el naturalismo de Emile Zola, lo que le supuso el divorcio con su marido, pues la literatura francesa estaba mal vista, pero Emilia lo tuvo claro, se quedaba con la literatura. Aunque es más conocida precisamente por el naturalismo fue ensayista, poeta, crítica literaria, traductora, editora…
Lo único que no consiguió en su carrera profesional fue ser miembro de la R.A.E., algo que la propia R.A.E. ha enmendado otorgándole una silla simbólica.
Y cien años después nos vuelve a sorprender convirtiéndose en la primera en la primera mujer en escribir una novela policiaca, pues se adelantó diez años a Agatha Christie. José María Paz Gago consigue sacar a la luz Selva junto a La gota de sangre, la primera novela en la que se presenta al protagonista, nuestro detective aficionado Ignacio Selva.
Con motivo de esta publicación he tenido el placer de entrevistar al culpable de que Doña Emilia saque una novela nueva.
Lo primero que me pregunté al ver la noticia de que Emilia Pardo Bazán sacaba una novela inédita fue: ¿Por qué sale ahora y no ha salido antes? Y justo eso me contestó José María Paz Gago en la entrevista: «Yo creo que ella no la publicó porque consideró que no estaba a la altura del resto de su obra. Es una mujer muy perfeccionista, una de las escritoras más grandes de Europa y de La Belle Epoque… Ella quería enseñarle a Conan Doyle como se escribía una novela policiaca y las expectativas que se creó ella misma eran tan estratosféricas en general que se dio cuenta de que no las había cumplido… y así se ha pasado 110 años en el archivo…»
Sin ser una gran novela del género, José María Paz Gago nos explica la relevancia de su publicación: «Yo creo que es el eslabón perdido entre Arthur Conan Doyle y Agatha Christie»
El rescatador de la novela nueva habla de la diferencia en la novela inédita respecto al típico juego entre policías y detectives aficionados propios del género, pues lejos de ser el detective aficionado que ayuda a la policía o el detective que resulta ser más inteligente que el policía, el policía en este caso es el malo que quiere encarcelar siempre al detective Ignacio Selva, lo que yo veo como una alusión a Arsene Lupin.
Emilia leía de todo, también del género que quería mejorar, por eso en la novela hay referencias a las obras más conocidas del género, hoy ya clásicos, como Conan Doyle, Arsen Lupin y Fantomas. Su faceta de crítica literaria sale a relucir también cuando habla de estas obras a través de Ignacio Selva.
También demostraba estar al tanto en temas sociales de actualidad en su época, lo que queda reflejado al incluir en las dos novelas robos reales de obras de arte en la época como el robo del cuadro de La Gioconda en el Museo de Louvre.
Si La gota de sangre empezaba con un Ignacio Selva aquejado de apatía en el que el doctor Luz (juego de palabras propio en la obra de Emilia ) le receta desde buscar una afición que le motive con pasión, hasta enamorarse. En Selva sabremos si se recupera de esa apatía, y si nuestro protagonista será capaz de enamorarse, solo diré que tiene un final sorprendente que me ha convencido y gustado.
La edición de este volumen es muy bonita y cuidada. En La gota de sangre se han recuperado las ilustraciones de la primera edición, y las ilustraciones de Mere Merola que se incluyen en Selva, conservan la esencia de las ilustraciones antiguas.
Ciertamente no es la novela perfecta que quería, pero siempre es un gusto leerla. Es de agradecer tanto a José María Paz Gago como a Ézaro Ediciones poder disfrutar de una novela nueva de Emilia Pardo Bazán para celebrar su centenario.
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