El recorrido que os proponemos es conocido como la Ruta de los Monasterios. Este itinerario nos llevará hasta las estribaciones de la Sierra de la Demanda siguiendo las cuentas del rosario del arte que han llegado hasta nosotros a través de la historia.
Empezamos nuestro camino en Quintanilla de las Viñas, donde se haya otra de esas viejas joyas recientemente mancilladas por la barbarie humana. A duras penas ha llegado hasta nosotros mutilada, luciendo en sus muros las cicatrices de más de mil trescientos años de historia y, que a pesar del supuesto progreso, sigue siendo víctima del escarnio de los que se creen con derecho a todo para satisfacer su capricho personal.
Estoy hablando de la ermita de Santa María. Situada a los pies de un farallón calizo que la protege de los vientos del norte se haya esta vieja belleza. Lo que ha llegado hasta nuestros días es una pequeña parte de lo que fuera una basílica de tres naves similar a muchas de las que hemos visto en anteriores recorridos como San Juan de Baños.
Nos ha llegado el ábside con arco de herradura para acceder al mismo y el crucero. Lo que más llama la atención son los inmensos sillares que forman su estructura y la decoración a base de relieves con motivos visigodos, traídos del centro de Europa, dovelas, símbolos astrales, zarcillos… Todos ellos de una increíble belleza expresiva y que han llamado la atención de los amigos de lo ajeno que sustrajeron uno de los más llamativos hace no demasiados años.
Sobre uno de los magníficos sillares, desubicado de su ubicación original, con preciosos labrados se ha situado una maqueta de como sería en su origen esta belleza mutilada.
Segunda parada de la Ruta de los Monasterios: San Pedro de Arlanza
Seguimos ruta hacia otro monasterio que ha sufrido los estragos de la historia, más en concreto de la desgraciada Desamortización de Mendizábal. Me refiero al Monasterio de San Pedro de Arlanza, situado a los pies del río que le da nombre.
Su origen fue un eremitorio fundado en el 912 pero las obras de la iglesia, origen del monasterio actual, datan del lejano 1080. Conocido como cuna de Castilla, fue el monasterio más importante del Condado de Castilla.
Como tantos otros, tuvo su fin en el siglo XIX. A partir de ahí fue sistemáticamente expoliado, con fines unos más loables que otros. Así, la portada puede verse en el Museo Arqueológico Nacional, los sepulcros del conde de Castilla, Fernán González y su mujer en Covarrubias, otro sepulcro de gran belleza en la Catedral de Burgos, valiosos frescos en el Metropolitan Museum de New York y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña…
Sin embargo, el alma castellana que dio origen a tanta belleza aun se puede respirar entre los muros que la cobijaron, desnudos de tanto encanto, suspirando por lo que le quitaron impunemente con intereses espurios.
Ultima parada en la Ruta de los monasterios: Santo Domingo de Silos
Seguimos nuestro recorrido hacia el que sea, quizás, el monasterio más famoso de España y el único que ostenta un claustro de dos alturas románico por completo. Estoy hablando del Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Sin lugar a duda Santo Domingo de los Silos es uno de los más bellos claustros románicos de Europa y uno de los pocos con dos pisos en el mismo estilo. Se encuentra presidido por un famoso ciprés que ha sido cantado por numerosos poetas, entre ellos Gerardo Diego. El claustro está admirablemente bien conservado. En él, lo más destacable son los 64 capiteles historiados y los relieves de las cuatro pilastras que ayudaban a los monjes a meditar sobre los diversos aspectos de la vida de Cristo.
Aunque la original iglesia románica fue reemplazada, aún queda una portada que da acceso desde el claustro. No podemos irnos de Silos sin haber escuchado su canto gregoriano, que cosechó un éxito insospechado no hace muchos años y que, de alguna manera, vino a demostrar la necesidad de alimento espiritual para una sociedad actual demasiado privada de él.
Es difícil para el visitante ocasional imaginarse lo que tiene que ser la vida en compañía de los monjes. Una vida privada del estrés de la gran ciudad, con la pauta marcada por los distintos rezos que marcan la vida del monje. El famoso Ora et Labora de la regla benedictina. La abadía dispone de una hospedería para el que quiera olvidarse por unos días del mundanal ruido.
Además de disfrutar del claustro románico y del canto gregoriano, la abadía dispone de la botica antigua más completa que hay en España, fruto también de la casualidad. Porque fue vendida por el monasterio y donada a él nuevamente después de muchos años por un adinerado que la obtuvo en una subasta y que, al darse cuenta de la procedencia tuvo a bien donarla de nuevo a sus originales dueños.
Una buena manera de bajar la comida que los numerosos restaurantes que rodean el monasterio ofrecen al visitante es darse un paseo por el cercano desfiladero de la Yecla, desde donde podremos apreciar el majestuoso vuelo de los buitres, así como de las maravillas que el paso del agua puede hacer durante miles de años. Se trata de un desfiladero tallado por el agua y donde se ha instalado una pasarela volada que permite a jóvenes y no tan jóvenes disfrutar de un agradable paseo acompañado por el murmullo del agua y el silencioso vuelo de los buitres.
Dejamos la ruta aquí. El alma se haya ahíta de la belleza contemplada a pesar de la tristeza de pensar que el tiempo ha dejado cicatrices que nunca se van a restañar.
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