Rosina es la heroína de la ópera El Barbero de Sevilla (1816), una versión musical de la obra homónima de Pierre Augustin de Beaumarchais, compuesta por Gioachino Rossini. El personaje de Rosina está basada en una mujer real, aunque el final de la historia fue diferente. Una prueba más de que la ópera no sólo puede mostrar la vida, sino que también puede mejorarla.
El Barbero de Sevilla de Rossini es una ópera buffa, un género típico de ópera italiana. Su estilo es ligero, popular y humorístico. Presenta personajes y situaciones de la vida diaria. Las referencias a la realidad cotidiana son constantes.
Sin embargo, Rosina está lejos de las heroínas realistas que aparecerán en las óperas de fines del siglo XIX. Rossini construye a sus personajes desde la abstracción de la música. El barbero de Sevilla se inscribe en la estética del belcanto. Busca otro lenguaje. Da prioridad a la belleza de la voz.
Rosina y Rossini
Rosina ama a Lindoro, nombre por el que se hace llamar el Conde de Almaviva. Su tutor, el Dr. Bartolo, la tiene encerrada. Quiere casarse con ella para obtener su dinero. El barbero Fígaro, ayuda a los enamorados a burlar al Dr. Bartolo y unirse en un final feliz.
Rosina, desde la comedia, es la heroína romántica que se rebela al poderoso que la oprime. Esto se evidencia en su aria de presentación «Una voce poco fa» (Hace poco una voz), donde está decidida a luchar por lo que quiere con astucia y valor.
En su dúo con Fígaro «Dunque io son» (Entonces soy yo), se alía al barbero. Con él, elucubra planes para huir con quien ama. Es una mujer que piensa y actúa en consecuencia.
Rosina y Beaumarchais
Pierre Augustin de Beaumarchais nació en París en 1732. Además de relojero, músico, espía y traficante de armas, fue dramaturgo. En El barbero de Sevilla se nota la influencia de otras obras: La escuela de las mujeres de Molière, Las locuras amorosas de Regnard, La precaución inútil de Scarron y El viejo celoso de Cervantes. Sin embargo, la fuente principal fue una obra propia: El Sacristán.
Antes de escribir El barbero de Sevilla, Beaumarchais vivió poco más de un año en Madrid. Allí trabajó haciendo monólogos y breves obras teatrales como El Sacristán, de la que solo se encontraron fragmentos. Se trata de una obra de tres personajes. Bartolo es un anciano que tiene encerrada a su joven esposa. Lindoro es el amante que planea rescatarla. La joven esposa de Bartolo y amante de Lindoro se llama:Paulina.
Rosina y la mujer real
Pauline Le Breton y Pierre Augustin de Beaumarchais vivían en París y se amaban. La familia de Pauline se opuso a su relación. Pauline fue obligada a casarse con un viejo doctor. Beaumarchais dejó París y se fue a vivir a España. Allí escribió El Sacristán.
Rosina no es otra que Pauline Le Breton. Más exactamente, Rosina es Pauline Le Breton si hubiera sido una heroína de ópera buffa. Se trata de la eterna relación del arte con los hechos reales.
El belcanto exhibe la voz humana elevándola al nivel de música sublime. Lo cotidiano se estiliza y se vuelve extraordinario. De la misma manera, El barbero de Sevilla toma esa realidad de tristeza y frustración y la convierte en ópera buffa. El belcanto es la voz humana mejorada. La ópera buffa es la vida mejorada.
Beaumarchais y Rossini exorcizan a esos humanos que, por miedo o comodidad, renunciaron a lo que querían. Los fuerza a disfrazarse, arriesgarse y liberarse.
Pauline Le Breton nunca salió de su celda. Rosina sigue desafiando, combatiendo y venciendo a todos los Doctores Bartolo que pisan el escenario.
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