Ricardo Lladosa cuenta cómo surgió Roma en el bolsillo en la web Zenda, donde empezó como colaborador en 2018.
Nos cuenta que al llegar a Madrid a la presentación de su primera novela Madagascar, fue hacia el museo del Prado. Antes de salir del museo, al finalizar su visita, se detuvo en una tienda. Llamó la atención de Ricardo un cuaderno de color negro cuya portada ponía: «Roma en el bolsillo». Al comprobar que las páginas estaban en blanco decidió comprarlo y escribir un cuento con el mismo título. El cuento empieza así «llegó a Roma un día de primavera, hacía calor cuando entró en la notaría del señor Lombardi…»
Rápidamente llenó las páginas de ese cuaderno con las andanzas de Piero y su nueva vida en Roma. Y se dio cuenta de que el cuento podía llegar a ser una novela, y es justo en ese momento cuando reflexiona sobre cómo seguir la historia, cuando empieza a colaborar con la web Zenda de Arturo Pérez Reverte que dirige Leandro Pérez. Y le propone a éste contar la historia de Piero por entregas en Zenda, y Leandro al leer la historia le dio su espacio para contarla y así siguió narrando hasta que acabó el verano. Ese parón coincide con la presentación de su segunda novela Un amor de Redon, y la llegada de la pandemia. En ese momento es cuando decide que la historia tiene que ser una novela y la publica con editorial Funambulista.
Esta explicación la podéis leer al completo en su artículo de Zenda. La verdad es que es una historia bien curiosa de cómo se gestó Roma en el bolsillo, y que demuestra que el autor no le tiene miedo al papel en blanco.
¿De qué trata?
Piero Hermill llega a Roma en la primavera de 2019 para aceptar la herencia de una tía soltera que apenas conoce. La herencia casi le cae como un regalo del cielo porque él, un cirujano de Milán, decide cambiar su vida y abandonar la medicina. Se instala en la casa de su tía prácticamente anacrónica, sin teléfono móvil ni toda la tecnología actual, y convive rodeado de fantasmas: su madre, sus abuelos y tíos que ya no viven, y unos primos vivos pero que apenas conoce. Todos los amigos de la adolescencia están en otras ciudades, tan solo le queda una antiguo compañera de instituto, Lionetta, a quién llama desde un teléfono en Roma. En uno de sus largos paseos Piero descubre la tumba secreta de un poeta que desconoce y del que intentará averiguar más. No en vano, la escritora Irene Vallejo define a Ricardo como un autor en búsqueda permanente y nunca previsible.
¿Por qué leer Roma en el bolsillo?
Roma en el bolsillo es una novela amena y emotiva, que cuenta la historia de quienes deciden cambiar su vida y reencontrarse a sí mismos. Una trama sencilla, que demuestra que se puede mantener la intriga del lector sin aparatosos conflictos, basta una llamada al teléfono sin responder para mantener al lector en vilo.
La atractiva atmósfera de quien ha estado en Roma como su autor y los personajes peculiares terminan de redondear esta historia.
Piero es un hombre maniático que siempre lleva la misma ropa, e inicia unos extrañas relaciones en su nueva vida. Por un lado está la relación más o menos retomada con sus misteriosos primos. Esos primos que cuidaron a la tía hasta su muerte reciben a un primo desconocido que se ha llevado toda la herencia; cada vez que lo reciben se encuentran en un palacete distinto de Roma. Las escenas que se producen entre ellos son casi tan terroríficas como absurdas.
La singular relación con Lionetta, que está haciendo un máster sobre de Edith Wharton, va de menos a más, no sin obstáculos por el medio. La llegada de Jimmy White, personaje que aparece en escena de la mano de Piero, no se lo pondrá nada fácil.
El narrador de esta historia es un misterio más, pues nos transmite lo que cuentan los cuatro cuadernos que escribió Piero durante su estancia en Roma, pero realmente no sabemos quién es ese narrador.
La fotografía de la portada es todo un acierto pues atrapa la atmósfera de Roma en el bolsillo. Es la pirámide de Cayo Cestio, en la calle donde vive Piero Hermil. Es una foto tomada por Pío Caro Baroja, quién le dio permiso para utilizarla como portada.
En toda la novela se respira la atmósfera de autoras como Mary Shelley o Edith Wharton, y otros tantos autores que salen a colación a través de los personajes.
En definitiva, la trama sencilla, el ritmo ameno, los personajes peculiares y sus particulares relaciones entre ellos, así como las referencias literarias de las que bebe Ricardo Lladosa, hará las delicias de los lectores, e incluso la mismísima Mary Shelley estaría orgullosa de que su legado continúe en novelas como Roma en el bolsillo.
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