RESEÑA DE «LA TUTORÍA»
Esta película parte de un escenario que nos puede resultar común, una reunión de padres en el colegio, y acaba derivando a lo insospechado, a sensación de prisión mental, a ganas de partir un par de caras, a la frustración de que nada cambia, y, a su vez, ganas de no abandonar la habitación para ver hasta dónde se puede llegar.
Todo un drama psicológico que recorre los barrizales de la incomodidad y las insinuaciones no deseadas, una historia contemporánea que te arrastra a través de la misión de averiguar si entre dos chicos de seis años se han producido abusos o es simplemente una cosa de niños. Una obra que todo el tiempo exhala polémica y calma, para que uno vaya adentrándose en la psicología de los padres y personal de la escuela, donde la historia se desarrolla por completo, para que uno dude de todo y, si cree posicionarse, tenga argumentos para que el suelo se mueva sobre sus pies. Personajes muy poliédricos, lo cual vamos aprendiendo poco a poco, y una gestación de la tensión entre los mismos a fuego lento y que llega a un punto de no retorno para todos.
Manifiesta decisiones en la dirección que fomentan el creciente agobio, como son planos sutilmente torcidos, otros mucho más próximos a los rostros o cuerpos, a fin de generar inquietud por no apreciar la escena completa, una calor notable (está situado temporalmente en el final de curso, justo antes de las vacaciones de verano) que siempre evapora antes la paciencia, así como una presencia sonora muy significativa, como el ensordecedor sonido de la lluvia o esa alarma de incendios que está rota y no para de sonar mientras los personajes deben tratar de hablar con calma y serenidad. Más allá de estos recursos, se permite un par de escenas algo poéticas, quizás al margen del tono global de la película, que acaban resultando algunas de las más magnéticas del metraje, como es el baile de la madre del presunto agresor, una coreografía que connota un zarandeo entre la locura y la terapia del surrealismo, un tanteo en los márgenes de la resistencia mental ante tantas acusaciones a su hijo (e incluso para ella misma, de forma indirecta). Una película llena de matices, con ganas de retorcer las verdades y sus consecuencias, en la que destaca de una forma constatable la actriz Renate Reinsve.

Casi dos horas de metraje, estrenada en exclusiva por Filmin. Reflexión sobre clichés y estigmas. Caragada de escenas incómodas y sitaciones un tanto ambiguas. Invita a pensar sobre lo que acabas de ver.
Podéis verla este 2025 en Filmin y me encantaría saber vuestras impresiones, os leo por el perfil de Instagram de Mapa Desbloqueado, tu canal de divulgación cultural, compañero de Revista 17 Musas.





