Existe poesía hasta en la forma en que caminamos. La poética de cada autor viene influenciada por la música que escucha, los libros que lee y sobre todo por las experiencias vitales que le ocurren a lo largo de la vida. Hay mucha poesía en el día a día. Algunos autores saben sacarle el jugo a todo ese acontecer. Saben sacar fuego de cualquier materia, tal vez se les podría considerar poetas verdaderos, voces que hacen de la poesía su forma de entender el mundo y la vida.
Le he puesto tu nombre a un caracol de Popy Genís publicado por la editorial madrileña Los libros del Mississippi es una bocanada de aire fresco en la poesía actual. Como he indicado en el párrafo anterior, existen poetas que sienten la poesía como una forma de estar en el mundo, Popy es una de ellas. El primer poema titulado «El síndrome del topo» ya nos abre el camino de lo que vamos a leer:
No hay nada ordinario
en llevar una isla dentro.
El estómago de esta ballena
tiene algo acogedor.
Aprendo en y de su lengua materna
mientras me arrimo a mi pérdida.
Por eso salta.
Por eso salto.
Pactamos un rato de orilla
Sin estar ninguna de las dos a salvo.
El simbolismo es una parte importante de la poética de Genís, pero es un simbolismo sui generis, parido de su sus entrañas. La poesía de Popy Genís tiene mucho de crítica a lo que ocurre fuera y nos alcanza dentro. La vida a veces se muestra cruel con la autora y eso la mortifica. En el poema titulado «Metamórfico» la autora nos lo muestra claramente:
Mayo bipolar.
Se me han caído los trescientos guerreros
de la garganta.
Y lloro cada una de sus muertes.
Tumbas pequeñas de agua,
rocío de valientes.
Los hombros de arcilla
como tantas lunas en cornisas.
Se tensa la correa
en dos labios de un bautizo sin cruz.
La poesía de Popy transita en lo ancestral, en el miedo, en todos los miedos que embargan a la autora. Hay un eco de Silvia Plath en su obra, ciertos ecos de la revolución, de crítica social, de inconformismo. Esto lo podemos ver en el poema titulado «Las fotos no se prestan»:
Nunca anda en línea recta.
Así aprende.
En las rodillas de su ciudad.
De sus heridas.
Detrás de todo,
Hasta lo que la nieve piensa.
Captura las dobleces
de algo simple,
como el mecanismo de un columpio
y su condena ingravidez.
Popy Genís estudió Relaciones Públicas y un Máster en Publicidad y Comunicación integral de la empresa. Su afición a leer le lleva a escribir desde los doce años: relatos cortos, teatro, guión cinematográfico y poesía. Desde 2001 vive en varias ciudades hasta que en 2010 vuelve a su Madrid natal. Es por esa época cuando registra la marca La voluntad de un poema, inspirando al mundo organizando recitales poéticos con fines benéficos. En 2014 edita la plaquette Veintidos desvelos y una certeza. Y desde entonces comienza a participar en diversos recitales hasta la actualidad.
Le he puesto tu nombre a un caracol de Popy Genís es un libro sorprendente. Una poética fresca y al mismo tiempo profunda que no deja indiferente. Cuando relees el libro le descubres otros puntos de vista y eso es siempre muy enriquecedor. No es una poética plana la de Genís, en cada símbolo hay una doble, otro significado tan profundo como ella.
Se percibe un peso de lecturas y vivencias en esta obra. Le he puesto tu nombre a un caracol habla de la aceptación de la pérdida y de cómo lo que todo ansiamos llega con lentitud. La paciencia es ese bien preciado que en estos tiempos de la prisa nos cuesta asumir. Popy Genís ha construido un poemario desde las entrañas, donde el dolor y la espera son sus vehículos. Esperamos que este torrente poético no deje de manar obra sin cesar.
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