La hija del mar es la primera novela de Rosalía de Castro, novela que bebe del romanticismo. Situada en las tierras de Muxía, la trama gira en torno a las desdichas de tres mujeres, Teresa, Esperanza y Candora cuyas vidas son destrozadas por el personaje de un extranjero, un pirata byroniano: Alberto Ansot.
Rosalía de Castro, Bautizada el 24 de febrero de 1837 figura en el registro del Hospital Real de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos. En Santiago estudia algo de francés, dibujo y música, para la que tiene cualidades extraordinarias. Aficionada al teatro, debuta a los quince años en una función de aficionados en el Liceo de San Agustín de Santiago.
En 1856 viaja a Madrid y se aloja en casa de una de sus tías. Años más tarde, su madre vuelve y recuperan la relación materno-filial. Publica su primer libro, La flor, que es elogiado por Manuel Murguía en La Iberia. El 10 de octubre de 1858 se casa el economista Manuel Martínez Murguía, de veinticinco años y destacado periodista. Ya enferma, tuvo seis hijos.
Con Cantares gallegos se situó como precursora, junto a Curros Enríquez y Eduardo Pondal, del movimiento cultural Rexurdimento Galego. En 1871 se trasladan a La Coruña, donde Murguía tiene a su cargo el Archivo de Galicia, y más tarde a Santiago, donde dirige el de allí y la Biblioteca de la Universidad. Mientras, Rosalía compatibiliza la escritura con la vida doméstica y continúa alejada de la pública.
Siempre que su salud se resentía volvía a su casona de Padrón. Allí falleció de cáncer de útero el 15 de julio de 1885 a los 48 años de edad. Antes de morir pidió a sus hijos que quemaran sus manuscritos aún inéditos.
La hija del mar, una novela reivindicativa
La hija del mar es la primera novela de Rosalía de Castro, novela que bebe del romanticismo. Situada en las tierras de Muxía, la trama gira en torno a las desdichas de tres mujeres, Teresa, Esperanza y Candora cuyas vidas son destrozadas por el personaje de un extranjero, un pirata byroniano: Alberto Ansot.
El pirata abandona a Teresa una huérfana de 18 años y embarazada de un hijo suyo. Teresa, años más tarde pierde a su pequeño hijo arrebatado por las olas y adopta una niña encontrada por los marineros, y Esperanza, la huérfana que ha sido rescatada de un naufragio en extrañas circunstancias, a la que Teresa criará y educará.
Diecinueve años después, el marido de Teresa regresa y se encapricha de Esperanza, todavía una niña, y las tiraniza dentro de un hogar convertido en prisión. En la novela se descubrirá el depravado vínculo de Candora y Esperanza con Ansot.
Recuerdo perfectamente la primera vez que leí el poema «Negra sombra» de Rosalía de Castro y el impacto que me provocó. Desde entonces he ido leyendo su poesía y alguna de sus novelas, pero hasta hace poco no había leído La hija del mar.
La hija del mar, teniendo en cuenta la época y la situación, fue una novela reivindicativa para la mujer en el terreno intelectual, y también atrevida por denunciar a través de personajes como Teresa y Esperanza, que viven un infierno silenciado hechos truculentos y depravados en el ámbito familiar.
La denuncia por los derechos de la mujer a escribir queda plasmada en el prólogo:
«Antes de escribir la primera página de mi libro, permítase a la mujer disculparse de lo que para muchos será un pecado inmenso e indigno de perdón, una falta de que es preciso que se sincere. ».
También nombra a otras literatas a las que admira por su calidad literaria y por la lucha por los derechos de la mujer.
La novela parece también un desahogo consciente y subconsciente de Rosalía, pues dice:
«… concebido en un momento de tristeza y escrito al azar, sin tino y sin pretensiones de ninguna clase».
Por las similitudes de la vida de Rosalía de Castro con la trama de la novela, es también una forma de la autora de expresar sentimientos profundos de los que quizá ni siquiera hablara. Por su inexperiencia literaria, interpreto que escribió en cierta medida y de forma inconsciente, una novela en clave que nos permite conocer a Rosalía un poco más.
La novela La hija del mar está cargada de lirismo. Rosalía era poetisa aun escribiendo novela. No en vano ella recalca que los poetas no son personas que sientan más que los demás, sino que sienten distinto. Así son Teresa y Esperanza. Son mujeres distintas, enamoradas del mar con el que tienen una trágica relación. Es el mar bravo de Finisterre el que trae personajes y los devuelve al mar como la vida y la muerte. Eso sí, con el amor siempre presente. Esa relación con el mar parece un presagio sobre el final de Rosalía. Casi podría decirse que la hija del mar es ella misma.
No es mi misión en este caso hacer un análisis de la trama, si no alentar al lector a que redescubra una novela vigente en sus alegatos por los derechos de la mujer, y por su calidad literaria y sensibilidad de la autora, aun con sus “defectos” de casi toda primera novela.
Su lectura me arrastró como las olas del mar, puedes imaginarte si no lo conoces las olas ese mar bravo de Finisterre, y puedes sentir en la cara el viento como Teresa y Esperanza. Sentir empatía por unas mujeres que en su locura lucharon para salir del infierno que vivían con dignidad y dieron voz a muchas otras mujeres reales que por desgracia están viviendo en el infierno.
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