El escritor y crítico literario Eduardo Boix publica La estirpe. Autobiografía del monstruo con la editorial Ediciones del viento, una investigación sobre el origen de la maldad humana.
Eduardo Boix es conocido por su labor como gestor cultural y como crítico literario, ha colaborado en revistas como Qué leer, es subdirector y cofundador de Letras en vena y colabora en Revista 17 musas. Como autor ha escrito tanto poesía como novela, adentrándose con La estirpe. Autobiografía del monstruo, en el ensayo y la autoficción.
La portada de este libro es un reclamo perfecto para la lectura que nos espera, el monstruo creado por nosotros mismos hecho a nuestra semejanza ya nos da muchas pistas de lo que nos vamos a encontrar en estas páginas.
La estirpe es un ensayo sobre los límites de la humanidad, de sus luces y sus sombras. Es una investigación que va desde fuera hacia dentro. Por sus páginas desfilan los monstruos más crueles de nuestra sociedad como Antonio Anglés, José Bretón, Charles Manson o Ricardo Barreda, y algunos que por diferentes motivos conoció el propio Eduardo, como el conocido caso de Óscar Morales. Falta Tomás Gimeno en su lista, pues este libro fue escrito antes de que descubriéramos por desgracia a este nuevo monstruo. Eduardo sabe que los monstruos siempre están al acecho y nos recuerda que, en el momento más inesperado, los monstruos aparecen y nos hacen descender a los infiernos.
Además de un ensayo sobre la maldad y autoficción, es metaliteratura. La estirpe habla de otros libros que no dudaremos en apuntar para leerlos más adelante, comprobar la relación que tienen con el autor y, sobre todo, disfrutar de buena literatura.
En La Estirpe encontraremos la lectura como refugio; y autores como Sergio del Molino, Emmanuelle Carrére o Javier Cercas desfilan también como faros que guían en la oscuridad.
Eduardo intenta exorcizar sus mayores fantasmas, que son grandes tabúes en la sociedad como el suicidio, el duelo y la culpa.
La literatura, una vez más, ilumina las tinieblas y evoca las muertes injustas de grandes autores como Virginia Woolf, Sylvia Plath, Primo Levi o Reinaldo Arenas, que le ayudan a analizar y tratar de comprender lo vivido.
La estirpe. La autobiografía de un monstruo es más que un libro de autoficción. Estas páginas catárticas pueden servir de mucha ayuda si cae en las manos adecuadas. Los libros, si le llegan a uno en el momento y lugar exactos, no solucionan, pero ayudan. Cuando algo se escribe, se materializa, se vuelve real, y eso Eduardo lo sabe muy bien. Por eso trata de «ponerle nombre» a su propio monstruo en este libro, porque sabe que nosotros mismos podemos ser nuestro peor enemigo.
El autor de La estirpe reflexiona sobre la dualidad humana para encontrar el origen de su propio monstruo.
Para ponerle nombre, Eduardo indaga en su memoria, partiendo de los mayores fantasmas de su infancia. El autor de La estirpe reflexiona sobre la dualidad humana para encontrar el origen de su propio monstruo. Y por mucho que insista en que nuestro monstruo somos nosotros mismos, desde luego no veo al suyo. No existe ni de lejos ningún paralelismo entre sus fantasmas y los monstruos que muestra en estas páginas. Ellos no han tenido límites, Eduardo supo acabar con sus fantasmas aceptándolos y exorcizándolos de algún modo en este libro. Me quedo con estas palabras de La estirpe que encierran, para mí, la esencia de este libro:
«La vida me ha enseñado que los demonios hay que sacarlos fuera. Mostrarlos a la luz, que se fundan con ella. Los demonios se queman con la luz».
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