Donde las calles no tienen nombre de Mónica Rouanet, es una novela protagonizada por María del Pilar González de Ayala, una mujer de familia adinerada que huye de su casa materna, en el Barrio de Salamanca, a los 35 años. El hecho de que abandone a esa edad la casa familiar no es muy sorprendente, lo veremos totalmente justificado cuando conocemos a su madre lo vemos
Todos conocemos madres manipuladoras, autoritarias y castrantes. Pues bien, el paradigma de todo ello es Dña. Pilar, la madre de María del Pilar González de Ayala, que se convierte en una de las mejores villanas de la mano de Mónica Rouanet.
Este es uno de los temas principales de la novela Donde las calles no tienen nombre (Roca Editorial): las relaciones tóxicas en la familia. María nos cuenta en primera persona las manipulaciones, desprecios y ninguneos que realiza su madre, así como sus sospechas de que ha tenido algo que ver con la muerte de su padre y su novio. Sin quererlo, la protagonista se convierte en detective improvisado para ir descubriendo las mentiras y secretos de su familia que siempre apoyó el franquismo.
Son precisamente estas sospechas, las que la ayudan a María a madurar, a crecer. Gracias a ello es capaz de tomar las riendas de su vida en el momento en que se decide a huir de la casa de su madre. Se muda a un piso en una de esas «calles que no tienen nombre» ya que no se corresponden con los domicilios habituales de los pertenecientes a su status social. Las calles donde se viven hablan del status y poder del que reside ahí.
Como en la canción de U2 «Where The Streets Have No Name» que habla de un amor en un ambiente desolador. Se dice que Bono escribió la letra a raíz de unas palabras que escuchó en Belfast que hacían referencia a que el nombre la calle donde vives define lo que eres y a quién puedes amar (bien seas católico o protestante). U2 canta a esas calles sin filiación, donde puedes ser lo que quieras, donde se puede construir y quemar amor.
Además de María, en Donde las calles no tienen nombre un narrador en tercera persona, omnisciente, nos cuenta lo que sucede. Este recurso, propio de Mónica Rouanet, que suele cambiar las voces narrativas en sus novelas. Este narrador en tercera persona se convierte en esa voz necesaria para completar la visión del lector y descubrir ciertos hechos que de otra manera sería difícil de desvelar.
Las subtramas, los personajes y el estilo ágil, sencillo y directo hacen que Donde las calles no tienen nombre sea muy entretenida y te atrape desde la primera página. Yo la definiría como novela negra, por la crítica social, de thriller porque tiene acción y de suspense, ya que las subtramas nos llevan a muertes misteriosas, delitos y redes de mentiras.
Mónica Rouanet nació en Alicante y desde los siete años vive en Madrid, donde estudió Filosofía y Letras. Especializada en Pedagogía por la Universidad Pontificia de Comillas, posteriormente cursó estudios de Psicología en la UNED. Desde hace más de diez años atiende a personas en riesgo y dificultad social. Su primera novela fue El camino de las luciérnagas.
Mónica Rouanet participará en el Encuentro con Escritores Espacio 17 Musas, el 25 de abril de 2022. Sandra de Sandra de Oyagüe moderará esta tertulia sobre la pasión por contar historias. Puedes participar gratuitamente previa inscripción.
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