Alas, el poemario de Inma Chacón, emerge como un conmovedor diálogo entre la autora y su propia alma, una oda a la pérdida, tejida con hilos de recuerdos, esperanza y el incesante latir de la ausencia.
Alas, publicada originalmente en 2006 y ahora reeditada por la Editorial Mankell dentro de la colección de poesía La sonrisa del gato, se presenta como un testimonio atemporal de amor, duelo y la capacidad de la poesía para transformar el dolor en belleza.
Desde los primeros versos, el lector está envuelto en la melancolía de 3 de diciembre de 2003. Inma Chacón utiliza el simbolismo de Vietnam, el vuelo y la nana de Dulce de Luna para evocar la partida y el sueño eterno. La poesía se convierte en un puente entre el aquí y el más allá, un espacio donde conviven la realidad y los sueños. La sutil mezcla de nostalgia y esperanza en estas líneas establece el tono para el viaje emocional que se avecina.
Regálame Berlín es un canto a la imposibilidad de regalar recuerdos, pero Inma lo intenta de todos modos. Desde el olor del mar hasta la infancia y un cristal azul donde romperse, la autora despliega una paleta de imágenes que encapsulan la riqueza de la experiencia humana. Cada verso es un intento de capturar la esencia de lo perdido, regalando momentos suspendidos en el tiempo a través de las palabras.
La imagen del espejo lleva al lector a las profundidades de la pérdida y la búsqueda de la identidad. La autora invoca la imagen de Dulce Chacón en un espejo teñido, obstinadamente resistente a reconocerse. La poesía se convierte en un acto de exploración, una búsqueda de la presencia perdida en cada reflejo. Es un retrato conmovedor de cómo el duelo puede alterar la percepción de uno mismo y del mundo que nos rodea.
La aurora y la sombra del olmo se entrelazan en un baile poético en La sombra del olmo. Dedicado a Aurora Chacón y Luis Olmo, quienes transformaron un noviembre en primavera, este poema es un tributo a la capacidad de la naturaleza y el amor para renovarse. La aurora, impasible y azul, se convierte en un símbolo de la perseverancia ante la pérdida. La poesía se vuelve un medio para celebrar la vida que persiste, incluso en los momentos más oscuros.
Los versos que siguen, contra los golpes, la sinrazón y lo irremediable, son un llamado a la resistencia. En un canto contra la adversidad, Inma Chacón utiliza la poesía como un escudo contra el dolor, una herramienta para enfrentar el sentimiento y encontrar sentido en la sinrazón. La poesía se convierte en un acto de valentía, un medio para enfrentar las palabras y lo indomable.
La contemplación del vacío y la promesa de regreso son el núcleo de Algún día. Inma Chacón imagina un momento en el futuro donde el vacío que contiene el abrazo perdido se rompe, desbordando sus límites. La poesía se presenta como un espacio retenido, buscando su reflejo en la ausencia. Sin embargo, la promesa de regreso a la ventana minúscula, donde la presencia se adivina, sugiere una continuidad más allá de la pérdida física.
Esto que acabáis de leer es una pequeña muestra de lo que contiene este poemario, así que os invito a leerlo porque no tiene desperdicio alguno.
Esta reedición de Alas no solo conserva la poesía original de Inma Chacón, sino que también agrega capas de significado y continuidad a través del tiempo. Cada poema, cuidadosamente seleccionado, es una alegría que revela la profundidad de las emociones humanas y la capacidad de la poesía para trascender las barreras del tiempo y el olvido.
En resumen, Alas es un viaje poético que abraza la pérdida, celebra la vida y revela la resiliencia del espíritu humano. Inma Chacón, a través de su maestría poética, nos invita a contemplar el duelo y la esperanza con ojos renovados, recordándonos que, aunque la ausencia pueda ser inevitable, la poesía es un puente que conecta los corazones a través de las eras.
Inma Chacón nació en Zafra, Badajoz, en 1954. Fue hermana gemela de la también escritora Dulce Chacón. Antigua profesora de la Universidad Rey Juan Carlos I, colabora en diversos medios de comunicación como El País, El Mundo o El Periódico de Extremadura.
Se licenció y doctoró en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid e impartió clases en la Universidad Europea, en la que fue decana de la Facultad de Comunicación y Humanidades, así como fundadora y directora de la revista Binaria: Revista de Comunicación, Cultura y Tecnología.
Comenzó su andadura en la narrativa con La princesa india, obra a la que siguieron otros títulos como Las filipinianas, Tiempo de arena (finalista del Premio Planeta 2011), Tierra sin hombres, Los silencios de Hugo y El cuarto de la plancha. También es autora de varios poemarios así como obras de teatro.