En Brujas Blancas, Hadas Negras (Libros Apache 2021), de Gemma Solsona e ilustrado por Judit García-Talavera, siguiendo la estela de Angela Carter y el desasosiego de Shirley Jackson, nos encontramos un universo poblado de hadas, brujas y niñas caprichosas con su parte de maldad e incluso de perversión.
Siempre, desde la más tierna edad, nos han fascinado los cuentos: los héroes y los villanos, las hadas y las brujas, los niños perdidos en el bosque, las princesas… Pero en realidad los cuentos en su origen no son los que nos han llegado. Se han hecho actualmente recopilaciones que poco tienen que ver con los cuentos Disney y, de pronto, apareció Angela Carter que nos descubrió que los cuentos no son siempre para niños.
En Brujas Blancas, Hadas Negras (Libros Apache 2021), de Gemma Solsona e ilustrado por Judit García-Talavera, siguiendo la estela de Angela Carter y el desasosiego de Shirley Jackson, nos encontramos un universo poblado de hadas, brujas y niñas caprichosas con su parte de maldad e incluso de perversión.
Al leer la contraportada sabes lo que te vas a encontrar: Brujas, hadas y niñas caprichosas, inocentes o perversas. Espejos que solo dicen la verdad y gatos divinos. Juegos infantiles un tanto extraños, sombras desobedientes y pasteles que están… de muerte. Este libro contiene el particular universo de brujas y hadas escrito por Gemma Solsona Asensio e ilustrado por Judit García-Talavera, que incluye historias e imágenes traviesas y bellas, con una pizca de crueldad, horror y muchos matices. Catorce relatos que, disfrazados tras el velo de la ironía o las palabras de un cuento maravilloso, ocultan tramas oscuras e inquietantes. Te damos la bienvenida a Brujas blancas, hadas negras un espacio en el que la magia y lo tenebroso te esperan allí donde menos imaginas…
Son catorce los relatos que componen esta antología, siete (el siete es un número mágico) dedicados a las brujas blancas y siete a las hadas negras. El prólogo lo ha realizado Elia Barceló que resume perfectamente el efecto de esta lectura: En Brujas blancas, hadas negras volvemos a sentirnos niños desvalidos en el bosque o, lo que es mucho peor, en nuestra propia casa, en nuestra propia habitación, con nuestra propia madre, incluso.
En Brujas Blancas, Hadas Negras, las tramas son inquietantes: ni las brujas no son tan malas, o sí, ni las hadas ayudan continuamente, igual que los niños y niñas no son tan inocentes y encantadores. De todas formas siempre desconfié de las hadas, esa Campanilla de Peter Pan, tan celosa y malvada y, por supuesto, las hadas de El sueño de una noche de verano de Shakespeare, ya se sabe que quien tiene poder abusa de él y las hadas no son una excepción. ¿Hay acaso algo peor que vivir en un mundo en el que las hadas parecen ser inexistentes, cuando llenan nuestra literatura, infancia y vida diaria con su presencia? Se dice que, incluso, hay quienes perdieron la cabeza buscándolas incansablemente. ¿Y si, no son tan puras como creemos y realmente se esconden para que vivamos en esa nostalgia constante? Eso sería un gran acto de crueldad, sin duda.
La prosa de Gemma es precisa, sencilla y en un tono coloquial, como los cuentos, pero con ese punto de horror y crueldad que interesa a los lectores más adultos. En cada cuento el narrador cambia: puede ser en primera, segunda (que se acercan más a la oralidad pues es como si tu madre te contara un cuento a la vez que habla contigo) o tercera persona.
Y para finalizar esta reseña quiero hacer especial mención a las hermosas ilustraciones de Judit García-Talavera, traviesas y con toques de fantasía y oscuridad, dignas de participar en cualquier exposición.
He disfrutado mucho con esta obra y la recomiendo.
Sobre la autora
Gemma Solsona Asensio es licenciada en Comunicación Audiovisual y ha orientado su trayectoria profesional hacia el marketing y la publicidad. Profesora de Escritura Creativa y Relato, participa en la organización de charlas y eventos literarios en librerías y bibliotecas como, por ejemplo, los talleres “Llegim-les!” en la Biblioteca Francesca Bonnemaison y el espacio de entrevistas a autoras de lo insólito “Un desván propio”, en la librería Gigamesh En 2009 publica su primer libro Valguamar, cuentos de lugares amores y difuntos (Hijos del Hule) junto a Tebu Guerra. En el 2012 gana el concurso literario Vila de Gracia y es finalista del Ana María Matute (su relato fue publicado en La teoría de Polch, de ed. Torremozas). Ha publicado en diversas antologías, entre otras: Qué me estás contando (2008), Homenaje a Poe (2014), Barcelona Gótica (2016), Vampiros en Barcelona (2017), Monstruari (2018), Hellven (2019), Ende Interminable (2020) y en el 2021: Y si lo contamos steampunk, Aquelarre de cuentos y Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces. Ha coordinado obras como Cuentamínate (Hijos del Hule, 2012), Cuentopsia (Hijos del Hule, 2014), Vuelo de brujas (Apache libros, 2018), TRAStiendas (Stonberg, 2019), Ars Moriendi (InLimbo, 2020) y Donde las hadas no se aventuran (Apache libros, 2020).
Su segundo libro, Maullidos (ed. Stonberg), se publicó en 2016. En 2019 ganó del certamen “Terroríficas II” y presentó Casa volada (ed. Huso). En el 2021 queda finalista en el “XXI Premio de relatos cortos en femenino” y publica la antología de relatos de terror Blancogramas (In Limbo) y Brujas blancas, hadas negras. Durante el 2022 ha colaborado con relatos en las antologías Arquitecturas inquietantes (Eolas) y Crónicas de Jo March (Tinta Púrpura).
Inscríbete gratis al encuentro con la autora el próximo 6 de septiembre por zoom
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