«Mi reloj de cuerda» de Susana Juan Aranda, es parte del diario de su protagonista, Dolores Meseguer, nacida en Murcia en 1925. La novela comienza contando la marcha de uno de sus hermanos: «Ha entrado sin llamar, mi Antonio, como siempre hace, aunque le diga que no me gusta, por lo menos hoy me ha pillado ya levantada. Me ha dicho que se va, que aquí no hay trabajo, que se va antes de le maten a él también como a nuestro Cayetano, no ya por la guerra sino de hambre…”
En la cubierta del libro se intuye una higuera y una silla. Esa higuera es un símbolo que guarda un secreto de Dolores, pues hace años pasó algo trágico y ella sabe la verdad de lo ocurrido, pero no se lo ha contado a su familia. La culpa que la corroe y de la cual intenta liberarse, está presente en toda la novela y, por tanto, durante toda la vida de la protagonista.
¿Descubrirán los lectores qué pasó para que la culpa se arraigara en Dolores? ¿Logrará Dolores liberarse y encontrar la paz? Estas incógnitas los mantendrán en vilo durante la novela. Mientras Dolores intenta eximirse de lo que ella se toma prácticamente como un pecado, pasa los años cuidando de la higuera y siendo espectadora de la vida de los demás, sin vivir la suya, pues se queda estancada en una especie de limbo autoimpuesto.
Esta novela es parte de un diario de Dolores Meseguer. En su perfil de Instagram, Susana Juan muestra una hoja real sobre su familia que inspira esta historia de autoficción.
Dolores Meseguer existió, pero la novela juega con la realidad y la imaginación de la autora de manera que a los lectores nos resulta difícil discernir la realidad de la fantasía. La verdad solo la sabe la autora. A los lectores nos queda la especulación y disfrutar de una lectura, al mismo tiempo, recordar y reflexionar.
Un libro que lleva a otros libros
Cuando leo un libro siempre me vienen a la cabeza otras lecturas. «Mi reloj de cuerda» no es una excepción, me ha recordado por un lado a «Cinco horas con Mario» de Miguel Delibes, no solo porque su estructura de monólogo y por su lenguaje, sino también por la manera que tiene la protagonista de detallar asuntos familiares y de retratar toda una época.
Por otro lado, se asemeja bajo mi punto de vista, a «La casa de Bernarda Alba» por ese luto de por vida, aunque en este caso no es obligado. De manera similar, denuncia el estigma que llevaban en esa época las mujeres que no formaron una familia, que decidieron, por un motivo o por otro, vivir una vida sin un marido y sin hijos. Estigma, que aunque de manera distinta, perdura en la actualidad.
Es curioso pensar en las referencias que te vienen a la mente mientras lees un libro, sobre todo si tienes la oportunidad, como tuve yo, de comentar con la autora este tipo de detalles. En esta ocasión, pude saber que si hay un libro que inspiró «Mi reloj de cuerda» fue «El diario de Edith», de Patricia Highsmith, libro que no he leído y por el que ya se me ha metido el gusanillo de la curiosidad. Los libros buenos, te llevan a otros libros.
Una novela costumbrista a contracorriente
«Mi reloj de cuerda» es una novela costumbrista que no transmite nostalgia del pasado, ni busca polémica alguna, como sí ocurre con otras novelas de este movimiento actual que algunos han llamado Neorrural. La autora se limita a exponer la visión de la protagonista sin posicionarse en ningún momento.
Se trata de una novela honesta que evoca una época de forma sana y que narra el drama de una familia. Un drama que vivieron muchas familias de la época. «Mi reloj de cuerda» habla sobre el dolor de las muertes de familiares por la guerra, del dolor de las familias que vivieron separadas por la migración. Un dolor que, como Dolores Meseguer, muchos todavía lo tienen presente y que parte de la sociedad española quiere olvidar.
La contraportada transmite el alma de la protagonista y nos invita a su lectura:
“Quería un reloj, con la correa negra para mantener el luto, los lutos, que me ayudara a dormirme y me permitiera contar los minutos, las horas y los días que faltaban para que en su casa volviera a haber vida”.
En conclusión, «Mi reloj de cuerda» es una novela que entretiene por las intrigas familiares, a la vez que nos lleva a viajar hacia el pasado sin olvidarnos del presente, pues todos conocemos a personas que, como Dolores Meseguer, se han quedado en ese limbo. Creo que esta historia, con base real, puede ser un buen punto de inflexión, para que personas que se encuentren en la misma fase que Dolores Meseguer decidan continuar con su vida.
Susana Juan Aranda, La Infiltrada de la Revista 17 Musas
Susana Juan, inspirada por sus musas, esas que guarda en un cajón lleno de frascos de tinta y folios en blanco, comenzó a escribir al darse cuenta de que abecedario y alfabeto son sinónimos. En ortografía, sintaxis, gramática y alianzas semánticas se involucró después. Un poco de poesía, algo de teatro y muchos relatos escritos. Ha sido premiada en el CreaJoven de Murcia (1996 y 2005). “Yo en mi lugar” fue su primera novela. Y casi se me olvida, es tambien La Infiltrada de la Revista 17 Musas.
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