Pau Donés, de La flaca a «El cangrejo»

La herencia de Pau Donés es generosa. Más allá de su música, su flaca universal y su fuerza en el escenario, el líder de Jarabe de Palo fue coherente durante toda su trayectoria como músico: la única opción permitida era pasarlo bien y trabajar convencido de lo que hacía. A partes iguales y simultáneas. Factores que forjarían la marca Donés durante veinticinco años.

El secreto de Pau Donés siempre ha sido flagrante. Aquí es el bosque el que puede distraer de la visión del árbol. Su receta del éxito fue vivir proyectado por su propia fantasía. Guiarse por la imaginación, tirarse de cabeza si fuese preciso, y permitir así la concepción de cualquier posibilidad venidera. El respeto por la ilusión.

La faceta menos conocida fue su discurso interno, en su mente hiperactiva. Pau tuvo los pies en la tierra hasta ese final, fatídico junio de 2020, cuando «El cangrejo», como él llamaba a su cáncer, le mató. No obstante, la autoridad de la ilusión marcó el camino dentro y fuera de la música para Pau Donés. Y nos lo sigue contando tras su muerte.

Esa actitud queda recogida en la conversación que este otoño llegó a los cines y que, tiempo después, pasará a otros formatos comerciales. Eso que tú me das, una filmación homónima a una canción del último disco de Jarabe de Palo. Un proyecto cinematográfico cuyos beneficios van destinados a la investigación contra «El cangrejo» en el Vall d’Hebron Institute of Oncology de Barcelona, lugar en el que se él trató su enfermedad.

La entrevista fue grabada por el equipo de Jordi Évole, quien toma el papel de presentador aunque sea el propio Pau Donés quien desarrolla los cauces del encuentro. Esa última cita con la audiencia fue un encuentro mortis causa puesto que dos semanas más tarde fallecería el compositor de grandes temas como «Grita» o «Humo».

Todo rondaba al vocalista. «El cangrejo» estaba agotando su tiempo y decidió hablar, conversar con su amigo con las cámaras delante, dejando testimonio. Lejos del miedo, la tranquilidad de la que hizo gala es admirable. Se quejaba, por supuesto, de que él quería vivir más. El público ve al vocalista con ganas de una gira de conciertos, de subir a las montañas, de hacer planes con familiares y amigos. Pau Donés habla con humor, con entusiasmo, ¡y qué difícil es tener presente lo que ya se conoce a la fecha de emisión! La sorpresa radica es el optimismo de la charla.

Sale a relucir esa vocación por hacer cosas. Las mismas que ha ostentado durante estos veinticinco años de carrera musical. Y la subraya como vital para cualquiera. Acepta su destino, se confiesa satisfecho de la vida que llevó. Siempre hizo las cosas con ilusión y a toda intensidad. Nunca supo desarrollar las cosas de otra manera.

Y es así. En 1995 forjó un grupo que tiempo más tarde reconocerían alrededor del mundo. Pero antes de aquello, Pau Donés fue un licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales que decidió girar ciento ochenta grados su trayectoria y apostar por sus canciones. Un año después crearía «La flaca» y lanzaría un disco con el mismo nombre. Lo que continuó es sobradamente conocido. «Uno hace los sueños a su medida y nada ni nadie puede entrometerse. Creo en la gente que sueña, porque los sueños son infinitos. Creo en la gente que es capaz de mover el mundo con los ojos cerrados, aunque solo sea por un instante, moldeándolo a su antojo» recogió en su autobiografía 50 palos… y sigo soñando.

Ese libro está lleno de contrastes. Aciertos y fracasos, propios y ajenos. De hecho, hay un capítulo dedicado a las peores preguntas que en los primeros veinte años de carrera musical le hicieron algunos periodistas que no merecían ese título: ¿Y cómo dices que se llama tu grupo? (Tras veinte años de carrera); ¿Para cuándo próximo disco? (Durante la promoción del nuevo disco); ¿Qué me cuentas? (Para que le den el trabajo hecho). Suelen ser aquellas que trasparentan que su autor no se ha documentado, que no hay interés en hacer lo que se está intentando. Pau resume la frustración que eso genera para el entrevistado. No es baladí que para su última entrevista eligiera a un periodista de confianza.

Pero este problema se ve demasiado a menudo. El hallazgo desafortunado de personas que desempeñan una labor sin pasión. No me refiero a aquellos casos en los que se trabaja por necesidad, sin opciones. Sería otro cantar. Apunto a la reiteración que encontramos al enfrentarnos a alguien que nos atiende sin ánimo de hacer las cosas mínimamente bien.

Puede ser el último funcionario, el operador telefónico, el comercial de turno o el locutor soso. Todos deberíamos evitar caer en ese papel. Pero es curioso que el caso concreto de los periodistas resalte con tanto contraste. Hace poco se publicaba una charla entre dos raperos veteranos, El Chojin y Nach, y ambos rememoraban malas experiencias con la prensa. Aquellas entrevistas que se publican con infidelidad a lo contado o aquellas que sacan de contexto comentarios en busca del titular. El pellizco interior no lo quita nadie. No obstante, destacaban la calidad que suelen brindarles las que se realizaban en radio.

Y es en radio, precisamente, donde me viene un ejemplo del buen hacer periodístico, de las entrevistas preparadas, de la ilusión por hacer bien el trabajo entre manos. No son pocas las veces que el programa El Faro, de la Cadena Ser, consigue sorprender a sus entrevistados. Mara Torres, su presentadora, conduce encuentros en los que su documentación sobre el gatopardo (entrevistado) de la noche les hace preguntar de puro pasmo: «Y tú, cómo sabes eso». La sonrisa es cómplice, la memoria y la imaginación se abren frente a los micrófonos y la sensación acaba siendo la de una charla entre amigos, como decía Pau Donés. Ahí la diferencia.

Desde el asalto a la escena musical con «La flaca» hasta los últimos meses de batalla contra «El cangrejo», Pau Donés mantenía en palabra, actos y pensamiento esa misma decisión de hacer las cosas bien y con ganas. Un carpe diem laborioso del que todos podríamos aprender. Una reflexión, que más allá de la compañía de su música, supone una herencia generosa para su público.

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