sábado, noviembre 23, 2024
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El oficio de un gran maestro: Cuentos de Carlos Castán

Descubrí a Carlos Castán, gracias a otro de mis maestros Carlos Javier Cebrián. Aquella tarde de invierno, en su despacho, me dejó entre otros muchos un volumen de cuentos titulado Museo de la soledad. A pesar de la pátina del tiempo, lo recuerdo como si estuviera pasando hoy. 

Cuando Juan Casamayor de Páginas de Espuma me anunció que iba a sacar el volumen que nos ocupa, algo saltó dentro de mí como un resorte. Padecí una regresión, volví a aquella juventud que todo lo podía. Regresaron mis ganas de ser escritor, de bucear en la literatura.


Uno se deslumbra ante los maestros. Sí, todos en cualquier oficio que realicemos, tenemos nuestros referentes, nuestros «ídolos» por llamarles de algún modo. La literatura es un cúmulo de referencias, guías y señales que nos ayudan en el camino y nos hacen mejorar. Cada artesano tiene los suyos, ni coincidimos, ni nos apoyamos en los mismos maestros a la hora de formar nuestra literatura. Algunos se quedan en los clásicos, otros buceamos en un mar de vanguardias, nuevas voces o deslumbramientos. He de reconocer que yo me deslumbré con Carlos Castán. Me enganché como si se tratara de droga dura.

Cuentos de Carlos Castán es un regalo que nos ha hecho la editorial Páginas de Espuma. Este volumen recopila los libros de cuentos Frío de vivir, Museo de la Soledad, Solo de lo perdido y la pieza más extensa titulada Polvo en el neón. Tener reunida toda la obra del Castán cuentista es una gozada. Como he dicho antes, para mí Carlos Castán es un artesano de la palabra, de las atmósferas de los personajes, pero es que además es un maestro, mi maestro, aunque él no lo haya pretendido serlo nunca, porque los verdaderos maestros no se muestran como tales.

Carlos Castán
Carlos Castán. paginasdeespuma.com

Descubrí a Carlos Castán, gracias a otro de mis maestros Carlos Javier Cebrián. Aquella tarde de invierno, en su despacho, me dejó entre otros muchos un volumen de cuentos titulado Museo de la soledad. A pesar de la pátina del tiempo, lo recuerdo como si estuviera pasando hoy. Aquel libro editado por Tropo me dejó embobado. Aquello era literatura de verdad, con mayúsculas. Descubrí con ese libro que había otra forma de narrar, de contar lo que nos hiere. Para mí aquello fue como una revelación, un acercamiento casi fantasmal a la literatura de verdad.

Cuando Juan Casamayor de Páginas de Espuma me anunció que iba a sacar el volumen que nos ocupa, algo saltó dentro de mí como un resorte. Padecí una regresión, volví a aquella juventud que todo lo podía. Regresaron mis ganas de ser escritor, de bucear en la literatura.

Carlos Castán nos da una lección de su literatura y de cómo la crea en el prólogo del libro. En unas cuantas páginas nos hace partícipes de sus recuerdos, del obrador de su creación, las claves de la intensidad de sus cuentos. La escritura de Castán es una explosión de sensaciones, de atmósferas, de concreción de los límites. Carlos Castán juega con el lenguaje y con el lector, es un maestro guiándonos hacia su mundo, que es el nuestro en definitiva.

Portada Cuentos de Carlos Castán
Portada Cuentos de Carlos Castán. paginasdeespuma.com

Cuentos de Carlos Castán me ha vuelto a atrapar en su historia. Recuerdo un capítulo de la serie de Jim Henson El cuentacuentos titulado El soldado y la muerte donde un mendigo regala un saco y atrapa a la muerte, el soldado no muere, ya que la ha capturado. Aquella historia me fascinó al igual que los cuentos de Castán. No hay fantasía explícita en este libro de cuentos que nos ocupa, pero si existe un halo de misterio, una neblina extraña que une lo visible y lo invisible. Castán es un maestro en unir los dos mundos, lo platónico con lo aristotélico, las ideas frente a los sentidos.

Cuentos de Carlos Castán es un acontecimiento. Tal vez sea el gran libro del año. Esta recopilación gestada por Páginas de Espuma, se asienta como el gran manual literario que es. Estamos ante un volumen de alta literatura. Hay mucha verdad en los cuentos de Castán. Estamos faltos de literatura verdadera, de oficio y esto es lo que nos muestra esta obra. El autor es un escritor verdadero. Un narrador de los que crean escuela. Estamos de celebración ¡Que viva Carlos Castán! ¡Que viva!


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