A veces todos los astros se alinean y nace la magia, como ocurrió con el nacimiento de Baba Yagá. Cuenta su autora María Zaragoza que el mismo verano que conoció al ilustrador Rubén Jiménez «El Rubencio», su librero de confianza, Adolfo López Chocarro, le regaló el libro en el que se inspiró para escribir Baba Yagá. Ese mismo año, nacía la editorial que lo ha publicado, Aristas Martínez.
Lo que son las cosas, quién les iba a decir a todos ellos que sus vidas se unirían tiempo después gracias a este relato sobre un pueblo amedrentado por una bruja rusa, ¿o no todo es lo que parece?
La escritora María Zaragoza, tutora de los Residentes de literatura en la Fundación de Antonio Gala, y el ilustrador «El Rubencio», que ha participado en la animación de películas como El Cid, la leyenda, publican con la editorial Aristas Martínez el relato Baba Yaga, inspirado en los cuentos clásicos rusos.
En la contraportada del relato podemos leer esta sinopsis:
“En una fría aldea de las montañas, todo el mundo tiene asumido que el hielo se traga a los despistados y Baba Yagá, de vez en cuando, se lleva a un niño.
Sin embargo, cuando la bruja secuestra a la hermana pequeña de Valentina la rápida, esta no puede resignarse como hacen los demás.
Al fin y al cabo es capaz, con solo trece ciclos, de matar a un lobo con sus propias manos.”
Baba Yagá es un relato que bebe de los cuentos clásicos tanto por la inspiración como por la estructura, pero con ciertas diferencias. Aborda temas atemporales como la utilización de las supersticiones y el miedo para manipular a un pueblo, pero lo hace con técnicas totalmente actuales, incluso incorporando elementos de steampunk.
Aparentemente el relato trata sobre la antigua bruja de la mitología rusa que secuestra niños y tiene al pueblo totalmente anulado por el miedo, pero gracias a su protagonista Valentina, descubriremos mucho más.
El progreso tecnológico hace que nos desconectemos de la naturaleza, y nuestra protagonista quien desafía todo el mecanismo que tiene paralizado a su pueblo. Cuando Baba Yagá lleva a su hermana y al bebé de la preciosa Ivanna, Valentina sale en su busca para devolver a todos los niños a sus hogares.
El pueblo en el que se sitúa la historia no siempre fue así, el personaje de la vieja Natasha recuerda cómo era la vida antes de la guerra. La información de nuestros mayores es muy valiosa pero suele pasar, no todo el mundo les escucha ni los tiene en cuenta. El pueblo que hoy vive tan amedrentado, que no reacciona ni ante la pérdida de los niños no siempre fue así.
La pérdida de la hermana de Valentina y del bebé de la preciosa Ivanna marcan un antes y un después en la historia de nuevo, pues al contrario que los demás, ellas sí reaccionan ante la pérdida de sus hijos y se crea una especie de contagio colectivo que lleva a que Valentina decida ir a por la bruja. Lo que descubre es más complejo y da mucho más miedo que matar a un lobo sola. El destino de todo el pueblo y de sí misma está en sus manos.
Baba Yagá es una historia de superación y de crítica social, ¿conseguirá Valentina devolver a los niños a sus hogares? ¿Qué ha pasado para que la gente se haya vuelto tan fría? ¿Por qué la madre de Valentina e Ivanna sí reaccionan? La ciencia ficción y el cuento clásico se fusionan para cuestionar y reflexionar sobre grandes temas de la humanidad desde una perspectiva que lo acerca más a los jóvenes lectores.
Las ilustraciones de Rubén Jiménez «El Rubencio» transmiten la esencia del relato, sus colores fríos reflejan la frialdad de un pueblo que no se inmuta ante la pérdida de sus hijos. El pueblo necesita a alguien con la Valentía y fuerza de nuestra protagonista para salvarlos de su propia inercia.
Baba Yagá se adapta a la actualidad no solo en los planos del relato, sino en su propio formato, pues al final, hay un código QR que da acceso al dossier de actividades elaborado por Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado para el Centro de Filosofía para Niños dirigido a alumnos de secundaria, familias y profesionales docentes con objeto de interpretar la lectura e interpretaciones del texto y sus implicaciones como material de reflexión, estudio y aprendizaje.
Recomiendo este cuidado y precioso relato ilustrado que hará las delicias tanto a los adultos como a los jóvenes lectores, despertando la nostalgia en los primeros e iniciado a los más jóvenes en la literatura que invita a que se cuestionen y reflexionen sobre los grandes temas sin perder la lucidez de la esperanza.
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