Para un creador compulsivo casi todo es posible. La reincidencia de Sísifo, lejos de ser un castigo, es la opción. ELHOMBREVIENTO es un artista multidisciplinar con veintitrés años volcados en la música. Muchos no conocerán su obra. Puede entenderse, por desgracia. La versatilidad de su talento se conduce por una ética muy personal. Principios estrictos que lo hacen ser quien es, sin caer en comodidades.
Cuando Sísifo subía la roca hasta la cima de la montaña sabía que algo la precipitaría a la base y no por ello iba a dejar de encumbrarla. “La Odisea” narra aquel evento como un castigo ejemplar. Habría que conocer la versión del propio Sísifo. Con Jeremías Pau Toledo Arias, más conocido como ELHOMBREVIENTO, ocurre algo muy similar. La vehemencia como creador le ha conducido por una trayectoria contra pronósticos y etiquetas.
Diez discos en solitario, uno de ellos doble. Dos discos con la formación El hombre remoto. Otro par con Suite Soprano. Uno más con Juancho Marqués, otro junto a Roy Mercurio. Sumados a dos EPs independientes con otros artistas. ELHOMBREVIENTO suma 23 años de carrera musical y sigue en forma. Nuevos proyectos se avecinan.
«Nunca han sabido qué hacer con mi obra» ha confesado en numerosas ocasiones. Su música es densa, dirigida a la reflexión y los matices, sin que esto suponga merma en su eufonía. Suele interpretar toda la instrumental de sus discos, además de cantar. Se desenvuelve en el piano, violín, melódica, mandolina, guitarra y percusión. Más las capas digitales. ELHOMBREVIENTO hace lo que le apetece. Cambia de estilo de un disco a otro, dificultando seguir un sonido o exaltando precisamente la importancia de una visión. Su público tiende una confianza. Esperan lo siguiente porque saben de lo que es capaz, no porque esperen más de lo anterior.
En el Valladolid del 97 empezaba a componer con 16 años, influenciado por el rap y su formación de conservatorio. No obstante, su apetito musical ha sido omnívoro. No milita en ningún sentido, hace ascos a colectivizarse. Su libertad es todo lo que tiene. Lo entendió desde una infancia complicada en la que decidió sus nupcias con el Arte. «Te buscas un leitmotiv que te anime a caminar».
Esa razón ha sido la música, la ilustración, la fotografía, el diseño y la producción audiovisual. Trabajó de todo, como cualquier hijo de vecino, pero siempre se cuidó de invertir tiempo en esas pasiones. «Pago mis facturas, como pipas, paseo a mi perro, leo libros, veo series, estoy con mi pareja y me cago en los políticos. Mi vida es normal y corriente. Solo que ahora me pagan por lo que hago. Yo mi vida no la concibo sin esto». Sus decisiones le han llevado a vivir de su creatividad desde 2014. Este Sísifo conoce el largo camino hasta la cima de la montaña.
El filósofo surcoreano Byung-Chul Han publicó en 2010 un libro que reflexionaba sobre la autoexplotación. Definió tanto al individuo como a la sociedad como «máquina de rendimiento autista». Es posible que esa pulsión atraviese a ELHOMBREVIENTO como a tantos otros, siendo un voluntario Sísifo. Pero, ¿y si su felicidad radicase ahí? No se arrastra por los engranajes sociales. Él pule su obra, su roca, y se hace visible en la cima para que todos contemplen su esfuerzo, sin importarle la repercusión. Mucho menos, empezar de nuevo en otro proyecto que aupar a la superficie. Decía Albert Camus sobre este mito que Sísifo entiende el sinsentido del acto, de la vida podría apuntarse, pero que aun así disfrutaba con el proceso. Quería seguir viviéndolo. Defendía que esa lucha hacia las alturas era todo lo necesario para que alguien se sintiese pleno.
Esta idea mantiene mucha conexión con los gustos musicales de Jeremías. Busca música que le emocione y enriquezca, indiferente al género. Para él, la música es un reflejo de lo que se piensa sobre la vida. Algo muy serio. “Yo creo en la música, no en el espectáculo”. Filtra sus problemas y sueños en el trabajo que idea. Ejemplo de ello fue el concepto de «El día que Erich Zann rompió su viola», partiendo del personaje de Lovecraft, que mantiene un pacto frente al diablo gracias a su música. Cimenta así la ocurrencia de que aquel hombre decidiese acabar con todo, cansado de un mundo que no merece seguir.
ELHOMBREVIENTO Confía en que crezca el respeto por la cultura. Piensa que al generar música que haga pensar a la gente, la gente pensará más. Lo mismo fomentando bibliotecas, encuentros con autores y debates. Además cree en acercar la obra y promover la responsabilidad del público. Sus discos están disponibles para su escucha y descarga gratuita desde su web. Apela a que se aprecie su esfuerzo pagando por ellos, a su vez que es consciente que habrá quien no pueda permitírselo y no por ello deba privársele de escucharlos. Considera la cultura libre como utopía plausible.
Mientras el mundo sigue girando, ELHOMBREVIENTO dará vueltas a su talento, amasado por horas y voluntad. A la vista de todos los que quieran acercarse. Insistiendo en la necesidad de subir el nivel como creadores, acercar la cultura como sociedad y defender la libertad como individuos. Sísifo como pasión, lejos del castigo. Autosuficiente.
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